Gobierno de Estados Unidos, cancelo fondos para el desarrollo de vacunas basadas en tecnología ARNm

Una revisión exhaustiva que concluye que estas vacunas son ineficaces contra infecciones respiratorias superiores como el COVID-19 y la influenza.

En un anuncio que ha generado controversia en la comunidad científica global, Robert F. Kennedy Jr., actual Secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS), ha ordenado la terminación de 22 proyectos de desarrollo de vacunas basadas en tecnología de ARNm, con un valor cercano a los 500 millones de dólares. Esta decisión se basa en una revisión exhaustiva que concluye que estas vacunas son ineficaces contra infecciones respiratorias superiores como el COVID-19 y la influenza, y promueven mutaciones virales que prolongan las pandemias. En su lugar, Kennedy propone redirigir recursos hacia la creación de vacunas más seguras y amplias que mantengan su efectividad a pesar de las mutaciones virales.

El secretario Kennedy, conocido por su escepticismo hacia la tecnología de ARNm, argumentó que «una sola mutación puede hacer ineficaces las vacunas de ARNm», citando el coronavirus y la gripe como ejemplos. Esta medida afecta contratos con gigantes farmacéuticos como Moderna y Pfizer, y surge de una evaluación iniciada durante la emergencia sanitaria por COVID-19. Aunque expertos como Paul Offit han criticado la decisión, calificando las vacunas de ARNm como «notablemente seguras» y esenciales para respuestas rápidas a pandemias, Kennedy enfatiza que los riesgos son superiores a los beneficios para virus respiratorios.

Estudios que Evidencian la Ineficacia de las Vacunas de ARNm en Enfermedades Respiratorias

Diversos estudios han documentado la disminución progresiva de la eficacia de las vacunas de ARNm contra infecciones respiratorias, particularmente en términos de prevención de infecciones sintomáticas y asintomáticas. Un análisis retrospectivo en Italia, que evaluó más de 33 millones de personas vacunadas con ARNm (principalmente Pfizer-BioNTech y Moderna), mostró que la efectividad contra infecciones por SARS-CoV-2 disminuye significativamente con el tiempo, especialmente durante la circulación de la variante Delta. La protección contra infecciones graves se mantuvo alta (alrededor del 93%), pero contra cualquier infección, la eficacia se redujo del 75% inicial a niveles inferiores al 50% después de cuatro meses.

Otro estudio en Estados Unidos, realizado en un gran sistema de salud integrado, confirmó que la vacuna BNT162b2 (Pfizer) pierde efectividad contra infecciones por SARS-CoV-2 con el paso de los meses, cayendo del 97% en el primer mes a solo el 67% después de 4-5 meses, incluso contra variantes no Delta. Aunque la protección contra hospitalizaciones se mantuvo en el 93% hasta seis meses, la disminución en la prevención de infecciones resalta la vulnerabilidad ante virus respiratorios mutantes como la influenza o el COVID-19.

Una revisión sistemática y meta-análisis de múltiples estudios globales sobre la disminución de la inmunidad inducida por vacunas de ARNm reveló que los títulos de anticuerpos neutralizantes contra SARS-CoV-2 se reducen drásticamente en 3-6 meses, pasando de un promedio del 62% de inhibición en los primeros dos meses a solo el 16.7% después de 3-4 meses. Esto sugiere un mayor riesgo de infecciones breakthrough, especialmente en entornos con alta transmisión respiratoria. Similarmente, un estudio de la red VISION en EE.UU. mostró que la efectividad contra visitas a emergencias y hospitalizaciones por COVID-19 moderado a severo disminuye en adultos, con una pérdida de hasta 20-40 puntos porcentuales en seis meses, siendo más pronunciada en personas inmunocomprometidas.

Estos hallazgos coinciden con evidencia de que la inmunidad contra infecciones respiratorias como la influenza también se ve afectada, ya que las vacunas de ARNm no logran una protección duradera contra mutaciones virales rápidas, prolongando potencialmente las epidemias.

Médicos e Investigadores que Cuestionan la Tecnología de ARNm

Varios expertos destacados han expresado dudas sobre el uso de la tecnología de ARNm para combatir virus como el COVID-19, argumentando que sus riesgos superan los beneficios y que carece de un «interruptor de apagado» para la producción de proteínas virales. El Dr. Robert Malone, pionero en la tecnología de ARNm y exinvestigador de vacunas, ha sido vocal en su escepticismo. Malone, quien afirma haber inventado aspectos clave de esta tecnología, ha advertido que las vacunas de ARNm son «el producto médico más fallido en la historia», con eficacia y seguridad deficientes, y ha llamado a su retiro del mercado junto con 17,000 médicos globales, citando un mayor riesgo de infección y muerte post-vacunación.

El Dr. Peter McCullough, cardiólogo y epidemiólogo, ha criticado que las vacunas de Pfizer y Moderna convierten un ARNm naturalmente degradable en «esencialmente indestructible», sin mecanismo para detener su acción, lo que podría prolongar la exposición a proteínas tóxicas como la spike del SARS-CoV-2. McCullough estima que el período de preocupación regulatoria para estas vacunas genéticas es de al menos cinco años.

Un profesor del MIT ha calificado las vacunas de ARNm contra COVID-19 como «innecesarias, ineficaces e inseguras», respaldado por más de 160 expertos en una carta que destaca su fracaso en prevenir infecciones respiratorias y su potencial para fomentar mutaciones. Kennedy mismo ha reiterado que esta tecnología «plantea más riesgos que beneficios» para virus respiratorios, alentando pandemias prolongadas.

Estos cuestionamientos no niegan el rol inicial de las vacunas en mitigar la pandemia, pero enfatizan la necesidad de alternativas más tradicionales y seguras, alineándose con la decisión de Kennedy.

Que implicaciones tendrá para México y el Mundo

En México, donde las vacunas de ARNm han sido parte del esquema nacional contra COVID-19, esta suspensión en EE.UU. podría influir en políticas futuras, impulsando investigaciones hacia tecnologías menos controvertidas. Mientras la OMS y expertos como Offit defienden su utilidad, la revisión de Kennedy resalta la importancia de equilibrar innovación con evidencia de largo plazo. La comunidad científica deberá priorizar estudios independientes para resolver estas discrepancias y garantizar la salud pública global, ante las posibles amenazas de una nueva pandemia.

Esta nota fue generada con la asistencia de Inteligencia Artificial