El fervor por la Eucaristía marcó el final del ministerio del padre José de Luz Rosales Castañeda, cariñosamente conocido como el “Padre Cheluz”, quien falleció a los 62 años víctima de un infarto fulminante mientras celebraba la Misa en Durango, México. El deceso ocurrió este domingo 21 de septiembre, apenas después de haber distribuido la Comunión a los fieles.
El desvanecimiento durante la Misa
La Diócesis de Gómez Palacio, donde el sacerdote ejercía su labor pastoral, confirmó la noticia. Según el reporte, el Padre Cheluz se desvaneció de manera repentina mientras realizaba la purificación del cáliz, uno de los últimos ritos antes de concluir la Misa. Las autoridades diocesanas precisaron que la causa de muerte fue natural, producto de un infarto.
El sacerdote Rosales Castañeda era originario de Río Grande, Zacatecas, y fue ordenado el 9 de mayo de 1990.
Su última encomienda pastoral fue como párroco de la comunidad Jesús de Nazareth, en el municipio de Lerdo. Además, era el director espiritual diocesano de la Adoración Nocturna Mexicana.
Un ministerio marcado por el amor a la Eucaristía
Quienes lo conocieron de cerca han destacado el profundo amor del Padre Cheluz por la Eucaristía. El P. Luis Armando Carlos Alfaro, secretario de comunicación de la diócesis, recordó un comentario profético del difunto sacerdote: que «sería hermoso tener la dicha de tener en sus manos el cuerpo del Señor en el último momento de su vida».
Rafael de la Rosa Hernández, ministro de la Comunión en su parroquia, lo describió como un hombre «humilde, sencillo» y «entregado en su servicio», cuyo testimonio impulsó a muchas personas a retomar su fe. Su devoción se reflejaba en sus homilías, donde solía pedir a la comunidad que permaneciera tiempo en adoración ante el Santísimo tras la Misa.
