Cuauhtémoc Blanco enfrenta críticas por jugar pádel durante sesión; asegura que su “corazón necesita ejercicio” y que fue víctima del escrutinio público.
La defensa de Cuauhtémoc Blanco: “Mi corazón necesita ejercicio”
Cuauhtémoc Blanco volvió a ser el centro de atención, pero esta vez no por un gol ni por una jugada memorable, sino por su participación a distancia en una sesión legislativa mientras practicaba pádel en una cancha del Desierto de los Leones. El video, que rápidamente se viralizó, mostró al exgobernador de Morelos pasando lista de asistencia sin percatarse del tema discutido en la Comisión de Presupuesto.
Lejos de evadir el tema, Blanco salió a dar su versión. Con un tono relajado y su característico estilo directo, explicó que jugaba pádel por recomendación médica, pues durante su gestión como alcalde de Cuernavaca y después como gobernador subió de peso. “Mi corazón lo necesita. ¡Y si hoy me ven, estoy flaquísimo!”, declaró ante los reporteros que lo esperaban en San Lázaro.
Una sesión polémica y un horario confuso
El incidente ocurrió un día después de que la Comisión de Presupuesto sesionara para analizar reformas a la Ley General de Aguas. La reunión inició a las 10:15 de la mañana, pero Blanco aseguró que a esa hora ya había terminado su partido, argumentando que jugó “a las ocho o nueve” y que “ya estaba desayunando” cuando se conectó para pasar lista.
Sin embargo, el registro muestra que la votación ocurrió apenas 15 minutos después del inicio de la sesión. Los cuestionamientos de la prensa fueron inmediatos: si ya había terminado el partido, ¿por qué aparecía agitado? Blanco respondió con una mezcla de ironía y cansancio: “Cuando uno termina de jugar futbol o pádel, terminas agitado. No sé si ustedes hacen deporte, pero así es”.
Retrasos y desconocimiento de los temas
El episodio no fue aislado. Un día después, Cuauhtémoc Blanco llegó con hora y media de retraso a una reunión con la titular del INEGI, Graciela Márquez Colín, en la que se discutía el presupuesto del organismo. Una vez más, no supo precisar el contenido del diálogo. A pesar de las críticas, el legislador morenista se justificó diciendo que su vida pública lo expone a una vigilancia constante: “Cualquier gesto que hago, todo mundo lo ve”.
Cuando los reporteros insistieron sobre si se conectó desde la cancha, el exfutbolista respondió con la misma línea de defensa: “Uno termina de jugar, desayuna y luego se conecta. No tiene nada que ver. Fue a las ocho de la mañana”.
“Si me quieren multar, que me multen”
Ante las declaraciones del coordinador Ricardo Monreal, quien reprendió a los legisladores que atienden actividades personales mientras sesionan, Blanco aseguró que asumirá su responsabilidad: “Voy a asumir la responsabilidad. Si me quieren multar, que me multen”.
No obstante, evitó reconocer una falta y reiteró que su conexión fue posterior al partido. “No voy a caer en provocaciones”, repitió varias veces al ser cuestionado sobre su participación en la votación.
Un legislador sin iniciativas
Más allá del episodio deportivo, los datos legislativos no juegan a favor de Blanco. En los 13 meses de la LXVI Legislatura, el exjugador del América no ha presentado una sola iniciativa. Cuando la prensa le preguntó sobre este tema, respondió que pronto lo hará: “Ya estoy a punto de sacarla. En un mes, primero Dios”.
Evasivo, se negó a revelar el contenido de su propuesta. “Es muy fácil atacar, pero primero hay que probar. He recibido a mucha gente que ha pasado por lo mismo que yo. Y siempre voy a dar la cara”.
Entre la política y el deporte
El discurso de Cuauhtémoc Blanco mezcla defensa, humor y un toque de nostalgia. Habla de sus hijos, de levantarse a las seis de la mañana, de su necesidad de moverse después de nueve años de intensa vida política. Para algunos, sus palabras son una muestra de humanidad; para otros, un reflejo de la falta de compromiso legislativo.
El exfutbolista, sin embargo, no parece dispuesto a cambiar su estilo. Afirma que continuará practicando deportes porque “el corazón lo pide”. Mientras tanto, su paso por el Congreso sigue marcado por ausencias, declaraciones virales y promesas legislativas por cumplir.
De las canchas a San Lázaro: una jugada arriesgada
Cuauhtémoc Blanco ha construido una carrera pública tan impredecible como su trayectoria en el futbol. De la gloria en las canchas a los reflectores de la política, su figura sigue generando controversia. En esta ocasión, su defensa apela a la salud y al derecho al ejercicio, pero el debate sobre la responsabilidad pública persiste.
La jugada de Blanco, entre la política y el pádel, deja una pregunta abierta: ¿hasta qué punto puede un legislador equilibrar su vida personal con su deber público sin cruzar la línea de la falta de compromiso?


