– Fue comando de 15 personas el que atracó al obispo Eduardo Cervantes y automovilistas
– Única insignia episcopal que arrebataron a Cervantes fue su anillo; ni siquiera es de oro o plata
– No es «hecho aislado», zona es peligrosa, advierte Iglesia
El sacerdote Juan Carlos Villa Cañedo, de la Diócesis de Orizaba, confirmó que el obispo Eduardo Cervantes Merino fue parte de las víctimas del asalto masivo ocurrido en la autopista Esperanza-Ciudad Mendoza, en las Cumbres de Maltrata, la noche de este miércoles.
El padre detalló que, según lo relatado por las víctimas, entre ellas el Obispo, fue un comando de 15 personas quienes con armas largas atracaron a varias personas que viajaban en sus automóviles. De acuerdo a Villa Cañedo, la única insignia episcopal que le arrebataron a Cervantes Merino fue su anillo, el cual, cabe destacar, no es ni de oro ni de plata, por lo cual ni siquiera podría ser vendido.
«Que la comunidad sepa que la noticia que está circulando de la experiencia desagradable que vivió el Obispo, es cierta. El señor Obispo el miércoles pasado regresando a la ciudad de Orizaba, por ahí de las 17:30 horas sufrió un asalto, pasando la caseta de Esperanza en los límites con Veracruz. No sólo fue el señor Obispo sino que fue detenido el tráfico y entre 10 y 15 personas armadas con pasamontañas fueron asaltando los vehículos ahí detenidos».
Añadió que el ambiente de inseguridad que ya se venía escuchando de tiempo atrás, porque no es de apenas que se sabe de esta situación, convirte el viaje por esa zona en una experiencia tensa.
«Cuando le ocurrió esto al Obispo habían adultos, niños, mujeres, quienes entraron en pánico, y estamos sin duda en ambiente de inseguridad. Es difícil en ese momento poder hacer algo cuando alguien te encañona. Quienes tienen que circular por la autopista sepan que hoy nos exponemos muy frecuentemente».
Hizo el llamado para que las autoridades actúen, pues dijo que ya saben, esa zona es peligrosa y se requiere mayor seguridad: «No es cierto que estamos bien, algunas autoridades dicen que es aislado y no es verdad. Aunque esta vez no pasó a mayores porque no hubo pérdidas humanas sino materiales».
Es de resaltar que el anillo que le fue arrebatado al Obispo, más allá de lo material, tiene valor espiritual y emocional, además que es el signo de autoridad y condición sagrada que tiene el prelado como pastor de la grey católica de la Diócesis de Orizaba. La argolla es signo esponsal, donde el Obispo se une a su esposa la iglesia particular por quien ahora dará la vida, y los fieles quedan a su cargo, éste es de uso diario y debe siempre ser portado.