Estados Unidos ha mantenido una presencia militar significativa en Medio Oriente durante el año pasado, con aproximadamente 40.000 soldados, al menos doce buques de guerra y cuatro escuadrones de aviones de combate distribuidos por la región. Esta presencia tiene como objetivo tanto proteger a sus aliados como disuadir posibles ataques, según varios funcionarios estadounidenses.
Con el reciente aumento de las tensiones entre Israel y Hezbolá, crece el temor de que el conflicto pueda escalar en una guerra total, mientras Israel sigue enfrentando a Hamas en Gaza. Hezbolá ha declarado que Israel cruzó una “línea roja” con los ataques a su infraestructura de comunicaciones, prometiendo continuar con los lanzamientos de misiles que comenzaron tras el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre, lo que desató la guerra en Gaza.
Un funcionario militar señaló que los recursos adicionales han apoyado patrullas en zonas de conflicto, incluidas operaciones contra el Estado Islámico en Irak y Siria, la defensa de Israel y la lucha contra los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen, quienes han atacado barcos en el Mar Rojo y lanzado misiles hacia Israel.
En cuanto a la presencia militar, las tropas estadounidenses en el Comando Central, que cubre Oriente Medio, han aumentado de los 34.000 efectivos habituales a 40.000 durante el conflicto entre Israel y Hamas. Este número alcanzó casi 50.000 hace semanas, cuando se ordenó la permanencia de dos portaaviones debido a la creciente tensión entre Israel y Líbano.