Montmartre en París: qué hacer, qué ver y dónde comer

Se trata de uno de los barrios más bohemios y artísticos de la ciudad desde hace más de un siglo y sigue sin perder el encanto que lo convierte en único.

Apenas tiene 130 metros de altura, pero le han bastado para ser una referencia a nivel mundial en lo que respecta a estilo, arte, bohemia y vanguardista

Viridiana Reyes




La orilla derecha del Sena no se entiende sin sus intrincadas calles, sus maravillosas tiendas de queso y vino y sus puestos de pintura. Su nombre ya predecía que se trataría de un lugar de gran relevancia. Bautizada en un principio como colina de Mercurio (mons Mercore) y, después, como colina de Marte (mons Martis, de donde procede el nombre actual), fue lugar de batallas, refugio de reyes e incluso albergó viñedos. Todo eclipsado cuando en el siglo XIX el gigantesco plan urbanístico del Baron Haussmann y Napoleón III para hacer de París la capital más bella del mundo obligó a trasladarse allí a muchos desplazados por las grandes avenidas y bulevares del centro… Un caldo de cultivo perfecto para la bohemia, la diversión decadente, el arte más irreverente y el cabaret.

Más de un siglo después, el alma de Montmartre sigue ahí.

Un estilo único que, por mucho que se siga modernizando la capital gala, obliga al viajero a hacer aunque sea una pequeña parada para disfrutar de un rincón auténtico y de la magia de sus calles. O más bien, de sus múltiples y únicos rincones.

Te dejo aquí los lugares que sí o sí debes visitar ahí.

Basílica del Sangrado Corazón

Fotos| Viridiana Reyes

Una belleza hecha arte, te dejará impresionada por dentro y por fuera., te permiten la entrada y estando ahí por 1 euro puedes pretender tu veladora con intención.

Foto/ Viridiana Reyes

Place du Tertre

Fotos| Viridiana Reyes

La pequeña plaza de Tertre es, sin duda, uno de los epicentros artísticos de Europa desde hace más de dos siglos, pues fue a finales del siglo XVIII cuando artistas de todo el continente se empezaron a reunir allí. No solo pintores, sino también poetas y cantantes aprovechaban sus rincones para vender su arte.

Moulin Rouge y el cabaret

Fotos| Viridiana Reyes

Merece la pena esperar a que caiga la tarde-noche en Montmartre porque tendremos la oportunidad de ver las luces de neón del que fuera barrio rojo de la ciudad. 

Le Moulin de la Galette

Fotos| Viridiana Reyes

Un molino de viento en París ya es de por sí bastante exótico y merece la pena verlo con nuestros propios ojos, pero en este caso es el testigo de que Montmartre fue municipio de viñedos, trigales y pastos. Cerrado al público, fue en su día reconvertido como sala de baile y declarado Monumento histórico en el periodo de Entreguerras. Aparece en cuadros de Renoir, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Ramón Casas… Actualmente alberga un restaurante en la finca, donde poder almorzar bajo sus aspas en una apacible terraza.

Paseos pintorescos

Caminar sin rumbo fijo también es un placer en Montmartre. Todo ahí es de ensueño.

Y por último pero no menos importante…

Lugares donde comer

Honestamente lo mejor es el vino y más barato que el agua.

El pan es delicioso al igual que el café, pero si eres de los que no quiere arriesgarse a probar nuevos platillos, ordena un baggett.

Eso si, no puedes dejar de probar el famosísimo crème brûlée. Delicioso!