La UE prepara un segundo paquete de represalias de 72,000 millones de euros contra aranceles de Trump, afectando a coches, aviones y agroalimentarios; prioriza negociar un acuerdo antes del 1 de agosto para evitar una guerra comercial.
La Unión Europea (UE) está intensificando sus preparativos para una respuesta comercial contundente contra los aranceles del 30% anunciados por el presidente estadounidense, Donald Trump, a productos europeos. Aunque la Comisión Europea no tiene intención de aplicar estas contramedidas antes del 1 de agosto, fecha límite fijada por EU para encontrar una solución negociada, la preparación de estas medidas avanza en paralelo con las negociaciones, que se encuentran en su «fase más delicada».
La Comisión Europea ha propuesto un segundo paquete de represalias valorado en 72,000 millones de euros en importaciones desde Estados Unidos, que se sumaría a una primera respuesta del bloque ya valorada en unos 21,000 millones de euros. En total, estos dos paquetes afectarían a más de 90,000 millones de euros en ventas de productos estadounidenses a la UE.
- Primer paquete: Este paquete fue aprobado en abril en respuesta a los aranceles estadounidenses a las importaciones europeas de acero y aluminio. Su entrada en vigor, prevista inicialmente, fue aplazada hasta el 1 de agosto para seguir dando una oportunidad a un acuerdo negociado.
- Segundo paquete: La Comisión Europea envió esta nueva lista de contramedidas a los Estados miembros para su examen. Este documento, que debe ser aprobado por los Estados miembros, tiene un valor inicial de 95,000 millones de euros, pero fue reducido a 72,000 millones tras un periodo de consultas que recibió unos 550 comentarios. El respaldo de los Estados miembros es el escenario más probable, ya que para rechazarla se necesitaría una mayoría cualificada en contra. La Comisión es la única responsable de este proceso y determinará el momento exacto para avanzarlo, reiterando que no es su intención hacerlo antes del 1 de agosto si las negociaciones continúan.
Productos estadounidenses en el punto de mira
La Comisión Europea ha seleccionado los productos que incluye en la lista de represalias basándose en tres criterios: la necesidad de «reequilibrar» los aranceles anunciados por Trump, la disponibilidad de un suministro alternativo para el bloque y productos para los que existe un riesgo «elevado» de fuga de la producción. La mayoría de los aranceles (más del 70%) se aplicarían a bienes industriales, sumando 65,764 millones de euros.
Entre los productos afectados se encuentran:
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Bienes industriales:
- Aeronaves (casi 11.000 millones de euros).
- Maquinaria (unos 9.500 millones de euros).
- Automóviles de manufactura estadounidense (unos 8.000 millones de euros).
- Químicos y plásticos (7.700 millones), dispositivos y equipamientos médicos (7.600 millones), equipamiento eléctrico (6.100 millones) e instrumentos de precisión (5.000 millones).
Otras categorías de productos cuyo valor oscila entre el millón de euros y los 1,700 millones, incluyendo motores, acero y aluminio, equipamiento óptico, material artístico o para manualidades, juguetes, baterías, instrumentos musicales, cuero y ropa, productos de belleza, aceites esenciales, relojes y joyas, barcos, partes de bicicletas, cámaras y proyectores, pipas de fumar o «jukebox».
También se incluyen alimentos preparados; semillas y otros productos vegetales; pescado y marisco, tabaco, productos químicos utilizados por el sector agroalimentario; chocolate; aceites esenciales; café, té, cacao y especias; huevos y agua y otras bebidas no alcohólicas.
Negociaciones en curso
A pesar de la inminencia de las contramedidas, la Comisión Europea y los Estados miembros siguen dando prioridad a conseguir una solución negociada que tenga en cuenta los intereses de ambas partes. El diálogo entre ambas orillas del Atlántico «continúa» y se encuentra en la «fase más delicada».
- El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, ha mantenido conversaciones telefónicas con sus homólogos estadounidenses, Howard Lutnik y Jamieson Greer.
- Equipos técnicos de la UE encargados de los detalles de estas negociaciones se encuentran «en camino a Washington» con el objetivo de «conseguir un acuerdo de principio antes de la fecha límite fijada por los EE. UU. el 1 de agosto».
- La Comisión cree que las negociaciones «pueden conducir a un buen resultado» y que un acuerdo de principio está «a nuestro alcance».
Llamada a evitar la guerra comercial
Líderes europeos han subrayado la importancia de evitar una confrontación comercial. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, instó a evitar «por todos los medios» una guerra comercial entre Europa y Estados Unidos. Declaró que el objetivo de su Ejecutivo es «reforzar a Occidente en su conjunto mediante el fortalecimiento de las economías» y trabajar con sus socios europeos para cerrar un pacto «recíprocamente ventajoso» antes de agosto.
El canciller austríaco, Karl Stocker, coincidió con Meloni en la necesidad de evitar la guerra comercial y señaló que la reacción de la Unión Europea debe ser «unida y decidida» ante las amenazas de Washington, confirmando el apoyo a la Comisión Europea en las negociaciones. Ambos líderes se mantienen en contacto permanente con la Comisión Europea para alcanzar un acuerdo beneficioso para todos.
¿Por qué es relevante el tema?
Conocer la respuesta de la Unión Europea (UE) a los aranceles impuestos por Donald Trump es fundamental para entender las tensiones comerciales globales y sus efectos en la economía internacional.
Trump implementó aranceles a productos europeos como el acero, el aluminio y bienes agrícolas, argumentando razones de seguridad nacional y desequilibrios comerciales. Estas medidas afectaron directamente las relaciones económicas entre dos de los bloques más poderosos del mundo.
La reacción de la UE fue inmediata: impuso contramedidas arancelarias a productos estadounidenses, defendió el multilateralismo en foros como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y buscó reforzar alianzas con otros socios estratégicos. Informarse sobre estas respuestas permite dimensionar cómo las decisiones de un solo país pueden desencadenar represalias comerciales con efectos en empleos, cadenas de suministro, precios al consumidor y estabilidad financiera global.
Además, estas tensiones no son episodios aislados, sino reflejo de un reordenamiento del comercio mundial, donde el proteccionismo, la competencia tecnológica y los intereses geopolíticos están redefiniendo las reglas. La postura de la UE —basada en el diálogo, la legalidad internacional y la defensa de sus industrias— también revela cómo se construyen equilibrios de poder en un mundo multipolar.
Entender estas dinámicas permite a ciudadanos, empresarios y gobiernos anticiparse a impactos económicos, tomar decisiones informadas y participar con una visión crítica en el debate sobre el rumbo del comercio global. La política arancelaria no es técnica ni lejana: tiene consecuencias directas en nuestra vida cotidiana.
VGB