Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, el que fuera fundador del Cártel de Guadalajara, y quien cumplirá una pena de 40 años de prisión en el próximo abril de este 2025, acusado por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar, se encuentra a la espera de un amparo que interpuso, en donde solicita que se le permita concluir en su casa los últimos días de su sentencia.
A Don Neto también se le acusa, igual que a Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, de haber asesinado al piloto mexicano Alfredo Zavala, compañero de operaciones del agente de la DEA Kiki Camarena, en hecho que ocurrieron en la ciudad de Guadalajara, en el año de 1985,
Aunque maltrecho en su estado de salud, el que fuera, al lado de Rafael Caro Quintero, el fundador del narcotráfico moderno en México, Ernesto Rafael Fonseca Carrillo, intenta ganarle a la cárcel. Luego de más de 39 años de prisión, tras una larga batalla de casi cinco años de reclamos ante la justicia federal, Don Neto por fin podría librarse de las rejas.
En el 2016, durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, el narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo ya había ganado un amparo para pasar lo últimos días de su sentencia en prisión, pero este le fue revocado en la etapa de revisión, por lo que fue regresado a prisión.
Fue el juez Sexto de Distrito de Amparo en Materia Penal del Estado de Jalisco, con sede en Puente Grande, el que determinó que el principal organizador del narcotráfico en México terminara por cumplir su condena carcelaria arraigado en un domicilio particular ubicado en el estado de México, bajo custodia federal.
El prime amparo ganado por Don Neto, para salir de prisión anticipadamente de prisión, ocurrió cuando aún le faltaban más de 9 años para cumplir con la sentencia de 40 años que le fue impuesta, dentro del proceso penal 82/1985, donde fue encontrado responsable del doble asesinato, además del delito de narcotráfico, asociación delictuosa y portación de arma de fuego de uso exclusivo del ejército.
La medida que liberaba de la prisión a Don Neto, pero que no lo exoneraba del delito de homicidio calificado, fue concedida luego que de que el juez Cuarto de Distrito de Procesos Penales del estado de Jalisco aceptara cambiar la pena de prisión por la medida de seguridad de confinamiento, dado su deterioro de salud.
Aunque con arraigo domiciliario, el que fuera el jefe y padrino de todos los fundadores de los principales carteles de las drogas en México, entre ellos Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, los hermanos Beltrán Leyva, así como de los hermanos Arellano Félix, ya se había decidido la salida anticipada de prisión, dando como domicilio de arraigo una de sus casas en el municipio de Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México.
El primer amparo que se le otorgó a Don Neto para que concluyera su sentencia de 40 años de prisión en su casa, fue fincado en el hecho de su menguado estado de salud, dado que en el 2012 se le diagnosticó cáncer de colon.
diversos motivos, siempre justificados en enfermedades o accidentes.
Sumado a lo anterior, la defensa de Don Neto también pudo demostrar el negligente servicio médico del penal federal de Puente Grande, en donde estaba recluido Fonseca Carrillo, donde la atención medica es ineficiente para el tratamiento de padecimientos comunes de algunos internos, cuanto más para un padecimiento de cáncer de colon como el que pudo demostrar el jefe del narcotráfico.
De acuerdo al Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2015, elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la cárcel de Puente Grande, en donde estaba recluido Ernesto Rafael Fonseca Carrillo, registró aspectos nada favorecedores en el renglón de las acciones que garanticen la integridad física y moral de los internos.
La cárcel de Puente Grande, resultó para la CNDH con observaciones que inciden en problemas de hacinamiento, sobrepoblación, insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos, así como insuficiencia en los procedimientos para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos.
Esos mismos argumentos fueron señalados por la defensa de Don Neto, para solicitar la reubicación del indefenso y enfermo reo en un confinamiento distinto a la cárcel federal, la que ya resultaba un riesgo para la seguridad personal del interno, lo que finalmente fue aceptado por el juez de amparos como una causa justa del reclamo del amparo de la justicia federal.