Eutanasia: una propuesta que podría transformar la salud, la dignidad humana y el final de vida en México si avanza en el Congreso.
La eutanasia es ahora el centro de un debate que llegó al Congreso con una fuerza inesperada, impulsado por una iniciativa que cuestiona décadas de silencio legislativo y abre la puerta a una transformación sin precedentes en los derechos relacionados con el final de la vida.
Por ello, para miles de familias, dejó de ser un concepto abstracto y se convirtió en una demanda urgente ante el sufrimiento irreversible de pacientes en etapas terminales. eutanasia es el tema que la diputada Irma Juan Carlos decidió colocar en el corazón del artículo 4° constitucional, enfrentando tanto resistencias históricas como nuevas aperturas sociales.
La eutanasia es, para algunos, un acto de compasión; para otros, una línea que no debe cruzarse. eutanasia, en esta narrativa política y humana, se ha vuelto una palabra que divide, pero también que invita a reflexionar sobre la dignidad en los momentos finales. eutanasia, según la legisladora, representa un derecho pendiente en México. eutanasia, según los opositores, amenaza principios éticos y religiosos profundamente arraigados.
El origen de una iniciativa que reabre heridas y esperanzas
La iniciativa presentada por la diputada Irma Juan Carlos se construyó tras recibir testimonios de pacientes y familias que, durante años, enfrentaron procesos dolorosos sin alternativas más allá de los cuidados paliativos. Aunque la Ley General de Salud reconoce desde 2009 derechos importantes relacionados con el alivio del dolor, la eutanasia no forma parte de ese marco.
La legisladora expuso que la regulación actual considera la eutanasia activa como un acto equiparable al homicidio, lo que coloca a pacientes terminales en una situación de impotencia frente al sufrimiento.
En su propuesta, el párrafo sugerido para el artículo 4° habla abiertamente del derecho a la vida y a la muerte digna, y afirma que la eutanasia estaría permitida según los términos que establezca la ley. Este cambio implicaría un giro institucional profundo, pues obligaría al Congreso a crear legislación secundaria, protocolos médicos, procesos de supervisión y mecanismos para garantizar que la eutanasia se aplique únicamente en casos debidamente regulados.
Una discusión construida desde historias reales
La diputada explicó que muchas familias viven en silencio decisiones extremadamente dolorosas, y que la eutanasia surge como una alternativa compasiva para quienes padecen enfermedades irreversibles.
Testimonios recopilados por su equipo narran casos donde pacientes terminales expresaron un deseo claro de evitar sufrimientos prolongados, pero se vieron obligados a continuar tratamientos invasivos por falta de regulación. La voluntad anticipada, vigente en varios estados, permite rechazar tratamientos, pero no autoriza acciones para acelerar procesos naturales de muerte. Por ello, la eutanasia se convierte en un punto de inflexión entre lo permitido y lo prohibido.
Las resistencias que marcarán el camino político
La propuesta provocó reacciones inmediatas, especialmente entre grupos religiosos y sectores conservadores que consideran que la eutanasia vulnera el derecho a la vida. La Iglesia católica, uno de los principales actores del debate público, llamó al Congreso a frenar cualquier avance hacia la legalización. Desde su perspectiva, la eutanasia abre una puerta peligrosa hacia decisiones que podrían deshumanizar el valor de la existencia.
El proceso legislativo también enfrenta obstáculos constitucionales: aprobar la modificación requiere mayoría calificada, además del aval de al menos 17 congresos estatales. La diputada reconoció que el camino será largo, pero subrayó que la eutanasia ya forma parte de la conversación pública de manera irreversible.
La dimensión humana detrás del debate jurídico
Más allá de los procedimientos legislativos, la diputada recalcó que el debate sobre la eutanasia es profundamente humano. Los cuidados paliativos han avanzado notablemente, pero siguen siendo insuficientes para atender todos los casos.
Muchas familias, especialmente en zonas rurales, carecen de acceso oportuno a servicios que alivian el dolor. Esto genera escenarios en los que pacientes enfrentan agonías prolongadas sin opciones reales. La eutanasia, dentro de un marco regulatorio estricto, podría ofrecer una alternativa ética y supervisada.
Un espejo internacional que México no puede ignorar
Aunque la iniciativa no compara directamente el caso mexicano con otros países, sí reconoce que forma parte de marcos legales avanzados en distintas naciones. Esos modelos han permitido crear protocolos médicos, filtros éticos y sistemas de evaluación que aseguran que la eutanasia no sea aplicada de manera indiscriminada. Para la diputada, México debe avanzar hacia una regulación informada y responsable que considere tanto la dignidad de los pacientes como las preocupaciones legítimas de distintos sectores.
Lo que sigue para la iniciativa en el Congreso
La propuesta fue turnada a comisiones donde será analizada a profundidad. Expertos en bioética, médicos, juristas, organizaciones civiles y grupos religiosos serán convocados para participar en la discusión. El objetivo, según la autora, es construir un marco que garantice claridad, seguridad y respeto a los derechos humanos. No obstante, reconoce que la palabra eutanasia continuará generando tensiones conforme avance el debate.
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