Por/ Patricia García Barradas
Xalapa, Ver.– En los hogares xalapeños, las enciclopedias y diccionarios impresos parecen haber pasado a la historia. Libreros independientes reconocen que desde hace más de dos décadas estos títulos dejaron de ser parte de las compras frecuentes de las familias, desplazados por el internet y los recursos digitales.
Olga Lidia Ramírez Salazar, integrante del colectivo Libreros Independientes de Xalapa, explicó que el auge de la tecnología ha modificado los hábitos de lectura y compra en los hogares xalapeños, “Las enciclopedias y algunos diccionarios se venden menos, muchos ya se consultan en línea o los traen empresas extranjeras a precios muy bajos, aún que reconoció que el material infantil sigue teniendo buena demanda”, señaló.

A diferencia de lo que ocurre con los libros de consulta, textos impresos de narrativa y poesía mantienen su espacio entre los lectores, algunas versiones digitales no logran superarlos en ventas.
Josheline Shala, integrante del grupo, atribuye este fenómeno a una mezcla de nostalgia y cansancio tecnológico, “Pasamos demasiado tiempo frente a una pantalla, el libro físico conserva ese encanto del olor, del tacto, es una experiencia distinta que mucha gente no quiere perder”, comentó.
Por su parte, Eligio Ramírez Ríos, de la librería La Rueca de Gandhi, consideró que, aunque los jóvenes prefieren el formato digital, este cambio ha generado efectos en la salud visual y la concentración, comentó que “A las personas mayores nos cuesta más trabajo leer en dispositivos, la comprensión lectora es diferente, un adulto difícilmente cambiará el libro impreso por uno electrónico”, apuntó.

El público que aún gusta por la lectura puede acudir a la XXI Feria Xalapeña del Libro, iniciando este viernes 7 al 18 de noviembre en el parque Juárez. Este año el encuentro estará dedicado a la Literatura del Norte de México y contará con actividades culturales, charlas, música y presentaciones literarias.
Con este evento, los libreros independientes xalapeños buscan mantener viva la lectura impresa y recordarle al público que más allá de la tecnología, el placer de pasar las páginas de un libro sigue teniendo un valor insustituible.



